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Diebus Pacis

 Jamás pensé que un artículo redactado por este humilde juntaletras llegara a ocupar la gloria a través de un grupo heterogéneo de mujeres y hombres que tuvieron a bien hacerlo. 

Diebus Belli, (Días de Guerra) era un formula de escape para mis filias y fobias, un canto a la esperanza y su desesperanza, un grito de guerra y paz, y una llamada de atención a una sociedad apalancada en su intrincada y dudosa moralidad. 

Pero por cuestiones del destino, o quién sabe si por algo más, Diebus Belli se transformó en el nombre de una peña en las fiestas de Priego. Ahora, no antes, he de explicar que para mí es un gran motivo de orgullo para ese ego, ínfimo y estéril, que hace que la normalidad sea algo extraordinario. 

Y en la "sede" de Diebus Belli, he encontrado ese bálsamo reparador que hace que las pilas se carguen y se agudicen los sentidos. A pesar de éramos los que somos, pero no todos los que estábamos y en honor a la verdad, es que las reticencias fueron abatidas por la certeza de la confianza en una ilusión común. 

Nada puede aplacar mi retranca congénita aunque hoy haré un esfuerzo de no sacarla a paseo y prometo que estas breves líneas servirán para transformarlo en  Diebus Pacis. 

Este grupo ha sido todo un ejemplo de como entender que con todas la adversidades a cuestas, se puede seguir viviendo con optimismo y cordialidad. La rectitud en las formas se flexibilizaron al calor de la amistad que potencia la espirituisidad de los brebajes de Baco. Nadie se pudo sentir extraño o ajeno a la empatía que proporciona un secreto o confidencia. Somos cada uno de una manera, hijos diferentes de una sociedad que nos aleja y nos atrae como un imán poderoso en torno a Priego. 

Orgullosos de nuestras diferencias, reconfortados por la calidad de poder acoger en un sentimiento a personas diferentes y de otros credos, extasiados de contemplar la excelsitud de la pólvora a la luz de la luna, compartiendo charlas amenas y risas sinceras. 

Así, sin filtros, sin caretas y a pecho descubierto, estos días de guerra se van transformando en días de paz. 

Habéis hecho algo mucho más importante de lo que creéis, solo tenéis que buscar ese momento único en el psisque colectivo. Yo os puedo avanzar que conseguisteis hacerme feliz. 

Gracias a todas y todos por tener en mi vida gente tan maravillosa. 




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