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El PP nos ha timado

Es habitual tomarles el pelo a los ciudadanos. No lo es tanto hacerlo sobre asuntos cruciales, inmediatamente después de ganar unas elecciones e instalarse con satisfacción en la burla de los timados.
Nos dijo el PP en vísperas de las elecciones del 20 N: “La crisis se debe a la falta de credibilidad del gobierno Zapatero y a la gran desconfianza que suscita fuera y dentro de nuestro país. Cuando cambie el Gobierno, será inmediata una mejora en la situación y las perspectivas económicas”. Insistía: “En 1996 sacamos al país de la crisis y aplicando políticas parecidas, principalmente de reducción de impuestos, volveremos a demostrar que tenemos soluciones”.
08_ppnosEs como si el Gobierno fuera un grupo de analistas y no el máximo responsable de evitar la crisis. ©Mercedes Alonso
No ha sido así, como es evidente. En lugar de mejorar la crisis, se ha ensombrecido y por el momento todo apunta a que empeorará, como lo reconoce el propio Gobierno del PP. O nos mintieron descaradamente, o la incompetencia de ese partido es manifiesta al ser incapaz de valorar la profundidad y gravedad de la crisis. Su credibilidad analítica y fiabilidad previsora está por los suelos. Lo de la herencia recibida es patético, miserable y falto de gallardía, tanto más cuanto que el problema del déficit público tenía un componente autonómico muy importante, y el PP gobernaba la mayoría de las comunidades.
Su acción de gobierno ha sido una continua burla, contradiciendo abiertamente sus propuestas electorales, a pesar de oscurantismo de éstas. Subida de impuestos en lugar de bajada, pensionistas con su poder adquisitivo disminuido y sobre todo la infame reforma laboral, que va mucho más allá de las condiciones del despido, que prometió no abaratar. Comportamiento muy grave desde el punto de vista democrático y una prueba más del desprecio que se tiene a los ciudadanos.
Cómodos ante la catástrofe
Pero quizás lo más insólito y llamativo del gobierno del PP es la comodidad que siente ante la catástrofe a la que se encamina el país. Como si no fuera con ellos, hablan de la crisis en clave de accidente geológico en el que no se puede intervenir. Anuncian una recesión de dos años (ya hemos señalado que no son de fiar) como si el Gobierno fuera un grupo de analistas y no el máximo responsable de evitarla. Anuncian 600.000 parados más, o los seis millones al final de año, como si su trabajo fuera pronosticar y no impedir que se cumplan tan siniestros presagios. Incluso, en un alarde de obscenidad, juzgan algunas situaciones como inaceptables, olvidando que su trabajo es combatirlas y no ocupar el papel que corresponde a la oposición al Gobierno, al tiempo que se apropian también ellos de la indignación y malestar de los ciudadanos. En fin, pura farsa, incompetencia y, de nuevo, la acción del Gobierno: un rosario de ocurrencias estilo Zapatero.
La última gran mentira se refiere al futuro. Hablan de sacrificios, muchos, que servirán para poner las bases de un futuro luminoso. Tal afirmación es totalmente falsa. No se puede olvidar Grecia. Todos los ajustes y recortes que se van a emprender son jalones que conducen al abismo. No hay futuro esperanzador con las políticas neoliberales del PP sino garantías de que el país entra en una fase excepcional en lo económico y, por tanto, en lo social y lo político.
El PP nos ha timado, y quizás la única atenuante a su favor sea que todo estaba claro para quien no quisiera ser engañado. Los timados, pues, se han dejado timar.

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