Cuan más difícil es la situación de la clase media trabajadora española, la banca más aprovecha para clavar sus sucios e infectos colmillos en todos aquellos y aquellas que se aventuraron en construir un proyecto de vida y cometieron la imprudencia de pedir un préstamo o hipoteca.
Estos viles y taimados apandadores no les tiembla la mano para exprimirnos hasta el último euro que con tanto sudor y sacrificio ganamos.
Ésta élite de acomodados con sueldos millonarios gracias a opacos negocios, cuando no a la estafa y usura, no se asusta de nada y afirma sin rubor su negativa a la subida del salario mínimo interprofesional.
Caterva de carroña que aún no ha devuelto los 60.000 millones de euros que el nefasto e inane gobierno Rajoy los salvó de la ruina.
No sólo no nos han devuelto nuestro dinero si no que se prevé que nos vuelvan a robar otros 10.000 millones de euros gracias a encarecer ilógicamente y de manera injusta las hipotecas de los curritos.
Hace pocos días hemos conocido los beneficios históricos de la banca española en 2022, pero esta pleiyade de golfos que supuran gangrena, se niegan a pagar el impuesto temporal a sus beneficios desorbitados.
Y mientras ésta banda de delincuentes vocifera, amenaza y nos arrebata hasta el último hálito de vida, seguimos calladitos en vez de correrlos a gorrazos.
¡Qué ustedes sangren bien!
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