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EL BLANCO LITERARIO.

Hace unos días y en charla amena, alguien sacó a colación la figura del "negro literario" en la política española,

Según la RAE,  lo define como una persona que "trabaja anónimamente para lucimiento y provecho de otro, especialmente en trabajos literarios".

A pesar de su significado  connotativo y de varios estereotipos negativos asociados históricamente a la población negra, y que no son otras que la explotación, la sumisión y la invisibilización, no pude resistirme en dar mi opinión. 

Yo también he sido un "negro literario" en multitud de ocasiones.  Más bien, he sido un "blanco literario", pues históricamente, ¿qué comunidad  no ha trabajado "anónimamente para lucimiento y provecho de otro?

Y muchos fueron los discursos, lo manifiestos o los artículos que escribí para lucimiento personal de otros. 

Jamás me movió el ánimo de lucro (nunca recibí ni un duro) sino la de ser de ayuda para aquellos que saben lo que quieren decir pero no saben como expresarse con un lenguaje coherente ni vertebrar un discurso. 

Hace apenas un año decidí dejar de ser un "blanco literario" pues comprobé que los textos que con tanta dedicación preparaba eran cruélmente mutilados, no para mejorarlos, sino para descafeinarlos mediante chascarrillos e ínfulas.