Cuenca: un fraude de oposición
Los excesos de las Navidades me han pasado factura. He comido demasiado turrón y demasiados polvorones. Pero puestos a tragar, hay quienes han tenido que tragarse sus palabras y, aquellos de quienes los votantes esperábamos más, han preferido morderse la lengua.
Que el PP en la provincia de Cuenca hace aguas es vox populi, pero aún así, simplemente por responsabilidad, esperábamos más. Los conquenses nos quedamos perplejos ante la facilidad con la que ciertos representantes políticos calumnian, difaman y mienten sin que este tipo de actitudes tengan repercusión negativa alguna para ellos.
Seguiré trabajando por Cuenca en la tarea que los ciudadanos me han encomendado. Con esta bonita frase se despacha el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Cuenca, Pedro J. García Hidalgo, en su cuenta de twitter después de insistir y persistir en el engaño a los conquenses para tratar de perjudicar a su rival político.
Como ciudadana que paga mis impuestos, con lo que además se paga la nómina mensual de este señor que es concejal liberado, me veo en la obligación de recordarle al señor García Hidalgo que esa no fue la tarea que los ciudadanos le hemos encomendado. Precisamente porque una diferencia mínima de 138 votos le situaron ahí, en la oposición, los ciudadanos exigimos al PP una labor más responsable.
Lejos de esta actitud, acusó a un diputado provincial socialista de ser accionista mayoritario de una empresa a la que, tras concurso público, se le adjudicaba un proyecto por parte del Ayuntamiento de Cuenca. Insistió y persistió en la mentira a pesar incluso de hablar con el verdadero dueño de la misma. Así lo ha dicho el propio empresario en un comunicado público, viéndose perjudicado por tal irresponsabilidad.
El señor García Hidalgo vociferó su mentira a lo grande, en medios escritos y radiofónicos; pero ha preferido reconocer su culpa por lo bajini. Una actitud más propia de cobardes. No, insisto, no es esto lo que los ciudadanos demandamos a nuestros responsables públicos.
Ni de ellos, ni de los máximos dirigentes de los partidos políticos que, además, presiden instituciones como la Diputación Provincial. El señor Benjamín Prieto tuvo la oportunidad de corregir a su pupilo y optó por mantener la duda. De usted esperamos que ponga orden y que vele por los intereses de los ciudadanos. De lo contrario, cuando venga a pedirnos nuevamente el voto, la respuesta de quienes un día confiamos en su persona será otra.
Que el señor García Hidalgo defienda a capa y espada los recortes del Gobierno de Cospedal en nuestra provincia no nos extraña, según observo lo bien que luce su cónyuge con su nuevo puesto en el hospital desmantelado de Cuenca, pero debiera trabajar más para corregir la imagen de patio de colegio que desprende el Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Cuenca.
Sus votantes queremos una oposición fuerte y seria, porque ya hemos perdido la cuenta de las dimisiones de concejales del PP por una u otra trifulca política interna. El señor Pulido dejó las arcas municipales con telarañas y ahora ni está ni se le espera. Se limita a ocupar una silla en los plenos. Los nuevos concejales ni sabemos quienes son y los antiguos han estado más ocupados en colocarse bien ellos mismos.
Todo apunta a que Benjamín Prieto está dejando pasar esta y otras muchas en el Grupo Municipal Popular, no vaya a levantarse el gallinero y perjudicar así al próximo candidato a la Alcaldía de Cuenca del PP y mano derecha del presidente en la Diputación, Julián Huete. Mientras que las disputas internas del PP en el Ayuntamiento de Cuenca cobran cada vez más fuerza, los ciudadanos, y especialmente quienes en su día les dimos nuestro apoyo, nos sentimos defraudados con el trabajo de la oposición y con el de su principal responsable, Benjamín Prieto.
Adela Jiménez Vargas
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