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Cuenca homenajea a la segunda República Española

Año tras año se va consolidando la concentración que hacemos los republicanos de Cuenca para conmemorar la proclamación de la República Española el 14 de Abril de 1931.
Es alentador ver como cada vez somos más  los conquenses que recordamos el advenimiento de la República y defendemos su legado.
Los valores Republicanos estan más vigentes que nunca, sin ellos no es posible una democracia plena.


La Democracia o la República (para nosotros, palabras sinónimas) debe ser, ante todo, un régimen de participación colectiva y diaria de los hombres y mujeres, es una forma de vida. La República de la multitud, en palabras de Paolo Virno, es la reunión de los ciudadanos que quieren asumir su propio protagonismo, y no la reunión de un pueblo para delegar sus asuntos en el soberano (las Cortes).
La Democracia entendida como régimen de ciudadanos libres tiene sus propios valores: en la Revolución Francesa los ideales de Libertad, Fraternidad e Igualdad, los valores de lo público y los colectivo, la laicidad.

Dicha Democracia genera espacios públicos de discusión sobre los asuntos que nos atañe como ciudadanos: desde la gestión de nuestro municipio hasta los asuntos económicos. Especialmente importante es esto último: la economía no es una esfera separada de los hombres y regida por leyes científicas. El mercado no puede tomar decisiones, las toman los hombres y mujeres. Nosotros decidimos en qué se gasta, cómo se distribuye, cómo se recauda.
Nuestra República de ciudadanos y ciudadanas no puede erigirse sobre los pilares de la desigualdad económica, ni entre los ciudadanos de éste país ni entre la miseria global. En palabras de Maximilian Robespierre:

Que importa que la Ley rinda un homenaje hipócrita a la igualdad de derechos si la más imperiosa de todas las leyes, la necesidad, fuerza a la parte más sana y numerosa del pueblo a renunciar a ella

Y si hablamos de virtudes, de valores, de democracia, necesariamente debemos referirnos a la educación y la cultura. La II República española entendió desde el principio la necesidad de formar ciudadanos y de organizar una enseñanza laica en este país. También entendió el fascismo la importancia que la República de Maestros había concebido a la enseñanza y prácticamente desde el inicio de la insurrección se dictaron órdenes al respecto. El 19 de agosto de 1936 los alcaldes del bando fascista recibieron las órdenes de vigilar que la enseñanza se adecuase “a las conveniencias nacionales” y que se opusiesen a “toda manifestación de debilidad u orientación opuesta a la sana y patriótica virtud del Ejército y el pueblo español” (es decir, jerarquía, orden, sometimiento, disciplina...)

La enseñanza actual no forma ciudadanos. Pretende formar trabajadores, de guante blanco o de mono, pero trabajadores que salga al mercado. Se fomenta la competitividad, se quiere aislar a los alumnos en grupos y se intenta rebajar la participación democrática en la toma de decisiones. Las “virtudes” se reservan a las clases de religión, siendo muy celosa la Iglesia de sus prerrogativas y mirando con desconfianza a una alternativa que enseñe valores ciudadanos laicos.
Y junto a la enseñanza, la práctica de los valores y virtudes republicanos en nuestra vida cotidiana es fundamental si queremos ir construyendo esa sociedad más justa.

1 comentarios:

Anónimo dijo...
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