Hace años que alguien escribió una ley.
Murphy, que así se llamaba este sujeto y que da nombre a esa ley, decía algo así como que si algo tiene que salir mal, saldrá mal.
Y está ley se ha vuelto pesada sentencia sobre la selección española en el mundial de Qatar.
La verdad es que es demasiado fácil hacer leña del árbol caído aunque todo apuntara al ridículo más espantoso.
No es que este juntaletras sea un forofo del fútbol aunque puede presumir de no fallar ante la caja tonta cuando juega La Roja.
Comenzaron los pupilos de Luis Enrique goleando a Costa Rica con un juego anodino pero efectivo. Horas de gloria para un equipo que los medios de comunicación amplificaron sin mesura.
Gloria ficticia pues todos sabemos que después del subidón siempre llega el hostión.
Alemania nos despertó de este sueño artificial y Japón nos mostró que detrás de nuestra selección sólo había filfa.
Hoy Marruecos con mofa y befa nos devuelve a la realidad de la insignificancia más absoluta.
Se puede ganar, perder, lo que no se debe hacer jamás es el ridículo.
Igual está noche muchos se irán a la cama sin cenar o dormir, yo os aseguro que celebraré el retorno de nuestra selección pues así por lo menos dejan de gastar nuestro dinero en empresas ficticias y que solo redundan en su propio pecunio.
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