La actitud de Feijóo y del Partido Popular con respecto a la subida de las pensiones es, sencillamente, indignante. Primero votaron en contra de una medida esencial para garantizar la dignidad de millones de pensionistas, demostrando una vez más su insensibilidad hacia quienes más necesitan protección. Y ahora, ante el escándalo y el rechazo social, intentan rectificar con una hipocresía que huele a cálculo electoralista.
¿Qué clase de liderazgo es este? ¿Qué valores defiende un partido que primero da la espalda a los mayores y luego, cuando se ve acorralado por la presión pública, intenta maquillar su error? El PP no rectifica por convicción, sino por conveniencia. No les importan las personas, les importan los votos.
Feijóo y su partido han vuelto a demostrar que son incapaces de priorizar el bienestar de la ciudadanía. Su voto en contra de la subida de las pensiones fue un ataque directo a los derechos de quienes han trabajado toda su vida para construir este país. Y su rectificación no es más que un parche oportunista, una muestra más de su falta de principios y de su doble moral.
Los pensionistas no merecen migajas ni medias tintas. Merecen respeto, dignidad y políticas firmes que garanticen su bienestar. Y lo que el PP ha demostrado, una vez más, es que no está a la altura de las necesidades de la gente. Su hipocresía es tan evidente como su falta de escrúpulos. No se puede confiar en quienes solo actúan cuando les conviene.
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