Es lo que mejor describe para este humilde juntaletras la incertidumbre ante lo desconocido, vértigo.
Media naranja, medio corazón, media vida.
El vértigo, queridos lectores, abate el espíritu y lacera el alma. El vértigo sin temor, aplaca la congoja.
¿Cómo no sentir vértigo cuando la naranja, el corazón y la vida, siguen vertebrando almas paralelas?
Horas, minutos, segundos, vértigo a vivir, vértigo a sentir, vértigo inmisericorde, vértigo.
Y en lo más alto del trapecio, ¿quién tiene más vértigo?, ¿el funambulista o el espectador?
Asi como el control y el equilibrio ayudan al artista a superar el vértigo, el público relaja su suerte al mérito del oficio.
Vértigo insensible y atroz, la esperanza y el amor desarman los miedos y hacen que la zozobra sea tan volátil como pesada es tu losa.
Amor semper vincere
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