Desde el primer momento en que te sostuve en mis brazos, supe que mi corazón tenía un lugar especial reservado solo para ti.
Es difícil poner en palabras lo que significas para mí.
Cuando nacíste, una parte de mi alma te hizo un hueco del que nunca te marcharás. He tenido la inmensa suerte de ser testigo de tu vida, de ver tus primeros pasos, de escuchar tus primeras palabras y ahora, de admirar tú plenitud.
He estado ahí en tus momentos buenos y en los no tan buenos, no por obligación, sino por un amor inmenso e incondicional que me nace del alma.
En este día tan especial, te deseo que todos tus sueños se hagan realidad. Que no dejes de creer en la magia, de reír a carcajadas y de ser esa persona buena que ya eres. El mundo está listo para ti, y yo estaré siempre aquí, a tu lado, para apoyarte en cada paso que des.
Con todo mi amor.
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