Ocho de cada diez conquenses no aprueban las gestión del PP en el ayuntamiento

Esta sentencia se desprende de la encuesta que está realizando Socialismo Plural, desde hace unos meses.
Y es que no pasa desapercibido para la mayoría de los conquenses la ausencia de iniciativas y de gestión de los populares en el ayuntamiento.
Pulido se encontró una ciudad dinámica donde el progreso era la bandera de una ciudad que creia en sus posiblidades, se crearon cientos de infraestructuras públicas para beneficio de los ciudadanos, el ayuntamiento era el garante de una gran labor social, los conquenses creíamos en nosotros mismos, pero llegó Pulido y el PP y este sueño de progreso y bienestar se acabó.


Cuenca está claramente estancada por diversos y complejos motivos, todos debemos asumir la responsabilidad que nos toca, pero no es menos cierto que este gobierno del PP ha sido lo más lesivo y perjudicial para los intereses de Cuenca que jamás tuvimos.
Éste es la trágica historia de un gobierno municipal que se ha escudado en la radicalidad y la intransigencia como acción de gobierno, la historia de un gobierno que se ha enfrentado a la Diputación de Cuenca y a la Junta de Castilla la Mancha por motivos pueriles y zafios y que no tuvo problema en reprobar en pleno al mismísimo presidente Barreda.


Cuenca, tan maltratada y humillada por tantos despropósitos de Pulido y compañía, ha madurado, los conquenses están viendo meridianamente claro que Pulido no ha sido la solución sino el problema, Pulido ha sido el gran obstáculo para el progreso de Cuenca.
Hace unos días me comentaba un amigo lo poco que ha cambiado Cuenca en estos últimos cuatro años y lo mucho que avanzamos con los gobiernos de Cenzano:
¿sábes lo que pasa con Cuenca?,
a lo que le respondí:
Pues que el alcalde no tiene ni ha tendido nunca un proyecto para Cuenca.
extrañado me responde:
¡No hombre no¡, lo que le pasa a Cuenca es que el alcalde es como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer.


Ante tal evidencia no pude hacer otra cosa que asentir, además me hace recordar a un nefasto alcalde que tuvimos en mi Priego natal hace dos décadas y que un día espetó en un pleno municipal, "yo de los rojos no quiero ná".


Cuenca necesita un cambio tranquilo y razonable, no podemos seguir con los mismos regidores que se han demostrado, por mérito propio, como la antítesis del progreso y del avance de Cuenca.
Hoy el cambio es posible, una nueva mayoría de progreso está lista para darle a Cuenca la esperanza e ilusión que necesita.