Según se van desarrollando los acontecimientos en Cataluña, hay algo que es una realidad incontestable.
El odio, la radicalidad, la intransigencia y la confrontación han prendido como la pólvora entre los catalanes.
De nada sirve poner paños calientes ni minusvalorar los acontecimientos que a corto plazo van a suceder.
En Cataluña se respira un ambiente pre-bélico que sin duda nos va a afectar a todos directamente. La locura de Puigdemont, Jonqueras y demás compinches nos aboca a una contienda civil con inciertas consecuencias.
Estamos viendo en los medios de comunicación verdaderas tropelías de miles de catalanes contra la Policía Nacional y la Guardia Civil.
No respetan las leyes, ni la democracia, ni mucho menos, el estado de derecho o nuestra ley fundamental, la Constitución.
Las manifestaciones se han convertido en toda una muestra de su desacato a todo poder constitucional y del estado.
Las agresiones y amenazas ya son la constante del movimiento sedicioso que son toleradas y jaleadas por la Generalitat.
La próxima declaración unilateral de la independencia por parte del gobierno de la Generalitat de Cataluña será el detonante que va a acelerar los acontecimientos hacia un punto de no retorno.
Después de esto vendrá el kaos.
Nos encontraremos en el infierno, ¡Palabra!
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