Cuando trabajas con tanto ahínco por una causa noble, nada ni nadie puede impedir que te salgas de la línea que te has marcado con tanta previsión y certeza.
El gobierno por el que yo voté, por el que he dedicado más de media vida, por el que pensé que jamás me traicionaría, por el que sufrí, lloré, y muchas veces me ilusioné, ese gobierno del PSOE de Castilla la Mancha, me ha clavado otra daga en el corazón.
Privatizar servicios públicos asistenciales y mercadear con el cuidado de nuestros mayores, no debería estar en la agenda política del hasta ahora mi gobierno.
Y digo hasta ahora, pues no puedo volver a confiar en una partido que mancilla sus ideales con semejante afrenta.
Quiero que me devuelvan mi voto. Sí, el voto con el que quería poner fin al cuatrienio negro de la pasada legislatura y en el que las privatizaciones de servicios públicos fueron la tónica general.
Y fui a votar, y voté con todas mis fuerzas, con la honda convicción de estar haciendo lo correcto en consonancia con mi ética ideológica y moral.
Y que deciros queridos lectores que no sepáis, este gobierno, nuestro gobierno, el del puño y la rosa, el abanderado de lo público, hace lo mismo que hacía el anterior gobierno del PP, privatizar servicios públicos asistenciales.
Pero hasta aquí hemos llegado, este gobierno ya no es mi gobierno y este partido ya no es mi partido.
Por eso pido que me devuelvan mi voto, y como supongo que no me lo van a devolver, no volverán a disponer de el para hacer políticas privatizadoras que vayan en detrimento de la calidad asistencial de nuestros mayores y del empleo público y de calidad.