De Cospedal primero nos llamó analfabetos y ahora, con sus espías, nos toma por tontos

De Cospedal, una vez más, sin faltar a su costumbre, intenta tomarnos por tontos a los castellano-manchegos. Tira la piedra y esconde la mano; acusa de lo que se le viene en gana sin demostrar ni probar nada; es capaz de predicar y pedir para los demás todo aquello que jamás se aplica a ella misma; dice ahora, ante los micrófonos, una cosa y cinco minutos después, también ante los periodístas, es capaz de promulgar lo contrario. En fin, todo un catálogo de desfachateces a los que ya nos tiene acostumbrados.