Podréis presionar (que ya lo habéis hecho) a mis editores de www.elplural.com y de www.dclm.es y pedirles mi cabeza pensante. Puede que vuestro poder convenza a la Ser, a Teletoledo, a CRN o RTVCLM para que cierren sus micrófonos a mi opinión…puede. Incluso, puede que intentéis anular esta humilde columna que dominicalmente escribo desde la luna…puede. Todo eso puede porque tenéis el dinero y el poder. Yo, por el contrario, sólo tengo mi voz y un teclado con las letras roídas de tanto acariciarlo, porque os tengo que reconocer que sin palabras no soy nada.
Sólo tengo eso, palabras. Sabéis que no tengo partido, ni diputado, ni senador, ni siquiera un concejal que utilice la tribuna de oradores para denunciar el vil chantaje y la deleznable presión que estáis ejerciendo sobre mis palabras, sobre mi libertad de expresión y de pensamiento. No, sólo tengo mi voz y un teclado con las letras roídas de tanto acariciarlo.
Podréis mandar contra mi voz y contra mi teclado a vuestros prestigiados bufetes de abogados; tenéis el poder y el dinero para contratar a los mejores, capaces de convencer a un juez de que Iniesta es un doble agente alemán que busca el desprestigio de La Merkel…podéis.
Podréis demandarme por escribir contando lo que sois, por decir lo que miles de personas piensan de vosotros, por arrancaros la careta y despojaros de la impostura. Y es aquí, sin velos y pañuelos palestinos, donde parecéis tan falsos como escopeta de perdigones de feria manchega. Podréis (que ya lo habéis hecho) grabar mis intervenciones en radio y televisión en un patético intento de hallar un adjetivo punible, que nunca alcanzará el grado de insulto que vosotros proferís a diario…podéis.
Podréis hacer todo esto y lo que vuestra rebuscada mente alcance a pensar. Sí, podréis, pero ¿qué haréis con mi voz? ¿Cómo vais a silenciarme? ¿Cómo vais a amordazarme si mi palabra y mis convicciones son mi único patrimonio que no está en venta?
Sí, doña María de los Dolores de Cospedal; sí, doña Carmen Riolobos; sí, don Ignacio López del Hierro. Ustedes tienen el dinero y el poder, pero mi voz es mía y todos los días pienso subir al campanario de la libertad y gritar a los cuatro vientos mediáticos: ¡Ustedes no son de fiar!
P.D. Descarto el accidente.
Carlos Iserte
Publicado en DCLM
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario